[123] Rayón partió cerca de Aguascalientes, fue perseguido por el Militar Miguel Emparán, quien le propinó una derrota en la Batalla del Maguey el 2 de mayo de 1811. No obstante, Rayón pudo escapar hacia La Piedad y Zamora. Al resistir Calleja a la ciudad de Zacatecas, donde se había quedado al mando de mil hombres Víctor Rosales. este se acogió al indulto ofrecido. De cualquier forma, Calleja mandó fusilar a trece insurgentes y un año más tarde Rosales se reintegró a la alzamiento.
En 1816, rechazó el indulto ofrecido por el virrey Apodaca y prefirió mantenerse en pie de lucha. Participó en un sinnúmero de acciones militares, a veces favorables y a veces desfavorables, las cuales tuvieron sitio en La Mixteca, en la Costa Chica, en la Costa Grande, a lo extenso de la zona del río Mezcala y en Tierra Caliente.
El nacionalismo criollo de Nueva España ensalzó al virreinato frente a las afirmaciones de los peninsulares por las que se pretendía demostrar el dominio castellano en las tierras americanas. La pugna ideológica entre España y América no Bancal nueva, tiene su origen en la Conquista misma. La diferencia a aquellos primeros contactos de los hechos que tuvieron sitio durante el siglo XVIII es que son los criollos los que toman la defensa de la tierra de la que son nativos.
[358] Laris fue designado para tomar el puerto de San Blas, el cual capitularía el 25 de julio. Al verse sin protección, José de la Cruz huyó de Guadalajara para reunirse con la división de Hermenegildo Revuelta, ambos se dirigieron a Zacatecas.[359] Tras una breve escalera, continuó su marcha cerca de Durango lugar en el que fue acertadamente recibido por el mitrado Juan Francisco Castañiza el 4 de julio; durante la marcha del contingente realista, en Saín detención, parte de la tropa arengada por el cabo de batallón José María Borrego defeccionó y regresó a Zacatecas, proclamando el Plan de Iguala el mismo día. El 6 de julio, Negrete realizó la misma energía en Aguascalientes, cuya población lo vitoreó.[360]
mandato del 16 de septiembre de 1808, en el cual se anuncia a la población de Nueva España la deposición del virrey Iturrigaray y el nombramiento de Pedro Garibay como sustituto. El 31 de agosto se celebró una nueva reunión. Los miembros de la Audiencia aprovecharon para secundar a los comisionados de la Reunión de Sevilla que habían llegado a la caudal novohispana. De esta forma manifestaron su rechazo a la resolución del 9 de agosto y tacharon de inepto a Iturrigaray. Respaldado por una carta de la Reunión de Asturias, el virrey convocó una nueva reunión para el 1° de septiembre, donde expuso que ninguna de las juntas formadas en España reconocía la soberanía de las otras.
Por esos días, la Audiencia de México solicitó a la Regencia la destitución del virrey Lizana. El control del gobierno novohispano recayó en la Audiencia desde mayo de 1810 hasta la venida de Francisco Xavier Venegas, nuevo virrey.[65] En consonancia con los sucesos en otras partes de América, una nueva conspiración estaba en marcha en Nueva España.
Aunque aparentemente no hubo ningún cambio en la organización y los vínculos entre España y sus dominios ultramarinos en América, en realidad en cada una de las colonias había una discusión sobre quién Bancal el efectivo soberano de las tierras americanas. El problema Cuadro que, nominalmente, la soberanía de los dominios españoles radicaba en el titular de la Corona de España. No había una claridad sobre la posición que se debía cumplir delante la ocupación extranjera de la metrópoli. Para algunos, la opción Bancal confesar al gobierno francés de ocupación.
El Plan de Iguala fue enviado al jefe político superior Apodaca, al arzobispo Pedro de Fonte y a otros funcionarios de la Nueva España. En una carta particular, Iturbide le pidió a Apodaca presidir la Reunión Gubernativa que se contemplaba en el plan, le dijo que no creía que Fernando VII hubiese Tribunal voluntariamente la Constitución de Cádiz y que si el monarca o su grupo accedían a dirigir Nueva España, se podría redactar una constitución moderada la cual permitiría devolver las preeminencias de las que habían sido despojados los miembros de la Iglesia.[336] Pero la respuesta del jefe político superior no fue la esperada, el día 3 de marzo, Apodaca publicó un edicto exhortando a todos los habitantes a no leer los planes seductores de Iturbide, los cuales eran contrarios a la Constitución que se había Junta en mayo. Esta postura fue secundada por el Concejo de México. Los absolutistas que habían participado en la Conspiración de La Profesa, vieron que el Plan de Iguala trastornaba sus planes originales, pues estos tan solo consistían en proclamar la independencia de la colonia para erigir un trono al monarca incondicional o a alguno de los infantes de España.
A principios de mes igualmente se molestó con un asistente de producción, a quien le llamó la atención mientras se encontraba en el escenario del Foro Plaza del Mezquite, en Hermosillo.
Las primeras noticiario del triunfo de la revolución progresista llegaron al puerto de Veracruz el 26 de abril de 1820. Los criollos de ideología libre recibieron estas noticiario con entusiasmo, al igual que los miembros del Consulado de Veracruz, quienes deseaban retornar a instalar el libre comercio en la Nueva España. Tres díFigura posteriormente se recibió la comunicado en la Ciudad de México, pero los españoles de ideas absolutistas, conformados por la clase aristócrata y el alto clero, reaccionaron de distinta guisa.
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La situación en la metrópoli supuso una situación inédita que puso a discusión en quién radicaba la soberanía de los territorios bajo el dominio español. El estado de excepción originado por la abdicación de Fernando VII y la ocupación francesa dividió en dos partidos a la élite de Nueva España. Para algunos —en su veteranoía españoles peninsulares cuyo portavoz Cuadro la Existente Audiencia de México— el poder en Nueva España seguía radicando en el rey Fernando VII, aunque momentáneamente se encontrara ido. De here aquí que la estructura social y política del virreinato debía seguir inmutable y subordinada a la Corona españoleaje. Algunas de las figuras más representativas de esta postura fueron el inquisidor Bernardo Prado y Obejero y Ciriaco González Carvajal.
En la provincia de Oaxaca el presbítero y ex insurgente José María Sánchez tomó nuevamente las armas para solidarizarse al Plan de Iguala; poco a posteriori el teniente coronel Pedro Miguel Monzón se trasladó al lado para ayudar a los independentistas. De esta forma, para el 9 de junio el plan había sido proclamado en Tehuacán y Teotitlán. Diez díTriunfador más tarde, el capitán realista Antonio de Audaz decidió unirse a los trigarantes, logrando tomar para la causa las plazas de Tezontlán y Huajuapan. El 5 de julio, Audaz inició el ataque del Fuerte de Santo Fernando en Yanhuitlán, el cual era defendido por el teniente coronel Antonio Aldao.
Redactor de la sección de empresas especializado en operaciones corporativas, banca de inversión y capital aventura.